


La actividad fue bendecida por el reverendo Miguel Seis, y aunque muchas personalidades de Comendador fueron convocadas, nadie le dió la importancia que merecía.




Aunque otros alegan que sus hijos no recibieron regalos por falta de recursos.
Los niños dicen sentirse tristes porque tendrán que conformarse con ver a sus amiguitos más pudientes jugando.